Destierro ameniza el primer encuentro músico-literario; filandón de otoño

Más de un centenar de personas en el filandón de Jiménez de Jamuz

Juan Carlos Santos

Son las ocho de la tarde y la Casa de Cultura de Jiménez de Jamuz  se engalana con la tenue luz que alumbra un salón de actos donde ya crepitan los leños en torno a los cuales va a tener lugar el I Encuentro Músico-Literario. Filandón de otoño. Como bien dicen los organizadores, puede que el acto no sea netamente un filandón, pero sí el sentir del más de un centenar de  personas que toman asiento en torno a los primeros acordes y las primeras lecturas. Entonces -dicen los que han tomado  la iniciativa de dar color a estos primeros compases del otoño-  será la palabra, unas veces leída y otras musicada, la que deba tomar protagonismo, para que, entonces sí, se convierta en la figura clave sobre la que se orquesta la esencia del filandón. Y a esto añaden: (…) como bien decía Machado, la palabra tiene que ser palabra en el tiempo, palabra que no pasa (…). Sobre ella gira esta iniciativa cultural que además tiene un cuarto y mitad de benéfica, pues el dinero conseguido con la venta del libro que se presenta, Escombros de la Memoria, del escritor leonés Roberto Carro, junto con voluntad solidaria de todos los que asisten al acto y cuyo precio simbólico de entrada es de un euro, irá a parar en su totalidad a la Junta Local de la Asociación Española contra el Cáncer de La Bañeza. La parte musical corre en su mayoría  a cargo del grupo folk Destierro. A ellos se unirán los Rabelistas Leoneses.  Entre la nutrida intervención de colaboradores, destaca la del propio director del Instituto Leonés de Cultura, Jesús Celis, que elogió la iniciativa pero también la original puesta en escena, destacando el valor supremo que como acto cultural alcanzan estos eventos que son apadrinados por gente entusiasta de nuestra cultura popular y de nuestra tradición, y en la que su proyección en el tiempo tiene que ser  el argumento final para llegar a cuantos quieran participar de ella. Todo ello con una finalidad doble: tener claros nuestros orígenes y poner en valor la cultura nacida del pueblo llano.